The Sin of Harold Diddlebock

Su jefe le reprocha que, al no haber conseguido progresar en su trabajo, sea un mal ejemplo para los jóvenes empleados, despidéndole tras entregarle sus ahorros invertidos en la empresa, ahorros mermados por el crack de 1929.

En este estado, tras comprarse un traje indescriptible, gasta 1000 $ en las carreras de caballos, apostándolos por una yegua llamada igual que una tía suya y por la cual se pagan quince a uno.

Luego de infructuosos intentos por venderlo, acude a diversos bancos enfundado en su estrafalario traje y con un león domesticado.

Su intención es que los banqueros, comprando el circo, limpien su mala reputación poniendo las entradas gratis para los niños.

Harold recupera su trabajo, si bien ahora como un alto cargo, y descubre que en el memorable miércoles olvidado se había casado con su amada Otis.