Durante el régimen talibán, las mujeres no podían salir solas a la calle.
Un día, en su puesto de trabajo en el mercado, reconoce a su compañera Shauzia del colegio, que también se hace pasar por un chico y vende té y cigarrillos en la plaza del barrio.
Juntas empezarán a aceptar otro tipo de trabajos, más complicados y duros, que no se muestran en la película, como desenterrar huesos para productos de cosmética, medicina y alimentación.
Además, las historias fantásticas que narra Parvana no tienen tanta relevancia en la novela como en la película.
Todas las novelas de Deborah Ellis destacan por sus ideas a favor del pacifismo y la educación.