El padrecito

Susana apoya al Padre Sebastián, y es designada por éste como maestra de una pequeña escuela.Esto provoca que Don Silvestre se ponga de nuevo en contra del Padre Sebastián, y le escribe una carta al Padre Damián negándose a cederle el terreno para la construcción del dispensario, cosa que lo deja deprimido.Finalmente, el Padre Sebastián se retira del pueblo, siendo despedido por todos sus pobladores, incluyendo Don Silvestre, estando seguros de que algún día lo volverán a ver.Aunque la música incidental del film fue compuesta por Raúl Lavista, fue el organista mexicano Sergio Pérez quien, según su hijo Sergio Emilio Pérez, realmente tocaba en la película y quien era doblado por Mario Moreno "Cantinflas" tocando una mezcla del "Ave María" del compositor austríaco Franz Schubert y una improvisación de este tema en forma de jazz con rock, además del himno católico tradicional "Oh María, madre mía" cantado por el actor y un coro de niños.El papa Juan XXIII había llamado al Concilio Vaticano II tan sólo dos años antes, y Cantinflas parece abarcar las reformas que se propugnaron en ella como el remedio para la pobreza de México.[3]​ En Looking for Mexico: Modern Visual Culture and National Identity, John Mraz declaró que «bajo el pretexto de no ser ideológico», en la película Cantinflas «alentó abiertamente una solución antipolítica a los problemas de México, sugiriendo [...] que entrar en la política es un pecado capital».