En esta interpretación el programa de Wittgenstein está dominado por la idea de que los problemas filosóficos son síntomas o ilusiones o "sortilegios del lenguaje" y que los intentos hacia una solución "estrecha" de los problemas filosóficos que no tome en cuenta preguntas más amplias sobre cómo el que plantea la pregunta conduce su vida, interactúa con otras personas, y usa el lenguaje en general, está condenada al fracaso.
De acuerdo a la introducción a la antología The New Wittgenstein:[1] el propósito primordial de Wittgenstein en la filosofía es – para emplear una palabra que él mismo usa para caracterizar sus procedimientos filosóficos posteriores – terapeútico.
Esta perspectiva está en conflicto directo con la antigua interpretación (y de algún modo ya superada) del Tractatus respaldada por el positivismo lógico asociado al Círculo de Viena.
No existe una interpretación unitaria del Nuevo Wittgenstein y los proponentes difieren profundamente entre sí.
La etiqueta asociada con la interpretación incluye a una buena cantidad de filósofos influyentes en su mayoría vinculados (aunque algunas veces también en antagonismo) con la tradición de la filosofía analítica, incluyendo a Stanley Cavell, James F. Conant, John McDowell, Matthew B. Ostrow, Thomas Ricketts, Warren Goldfarb, Hilary Putnam, Jan Zwicky y Cora Diamond.