Mantiene una relación sentimental con Lala, la hija de la familia de su misma edad, pero también con el Vasco, un hombre que se dedica a entrenar perros para peleas y otros trapicheos.
Cuando descubre que han detenido a Ailín como sospechosa del asesinato del juez y que se encuentra internada en un correccional de menores, decide volver a Argentina, no sin antes descubrir el motivo por el cual su novia había huido de su pueblo: su propio padre la había dejado embarazada.
Lala al llegar a casa rememora su último día en Argentina, el día de la muerte de su padre, en que había sorprendido a su padre con Ailín.
Pero se le escapa un detalle durante la conversación: ha visto el cuadro que habían vendido.
La película finaliza con la huida de Lala, Ailín y Serafín a Paraguay.