El molino

El molino es una pintura del artista barroco holandés Rembrandt Harmenszoon van Rijn.

Una mujer con un niño baja al agua; un hombre empuja una carretilla hacia arriba.

[4]​ En el centro, en primer plano, una mujer a la orilla del agua, lava la ropa.

Grabado al agua fuerte por Mathieu, Dequevauviller, Turner, P. J. Arendzen.

"[6]​ El artista divide su cuadro en dos mitades contrastantes: la primera de ella que es casi dos tercios del cuadro y sobresale en la parte izquierda del cuadro una serie de claroscuros que muestra a un cielo desgarrado prácticamente entre los colores oscuros y grises, por otra parte se tiene un cielo plenamente azulado con tonos de luz cálida donde se ve que el río fluye en armonía.

Ambas perspectivas dotan de una vivacidad a la escena que esta adquiere un paisaje dramático.

Todo el ojo central de la figura se centra en ese molino que acapara el punto focal dando la apariencia de estar entronado en esa colina  que genera al mismo tiempo algunas diagonales con sus alas bañadas por ese sol..

El molino es la vida de las personas que funciona con la energía eólica: gracias a ellos el molinero puede moler trigo y se genera energía, por lo tanto el molino es la energía indispensable para la vida humana, de ahí la razón de sus elevaciones tan desiguales del objeto y los personajes.

Se puede interpretar dicha pintura con un escenario que es consumido por la tempestad: poniendo el molino como “El Hogar de Rembrandt” ya que su padre en Leiden era un molinero y su madre de oficio como panadera, este era el hogar donde estuvo para su formación.

Entre los años 1642-1668 pierde a su esposa Saskia e hijo Titus: lo cual lo condujo en una montaña rusa emocional y económicamente al punto de empeñar sus cuadros como garantía de pago.