Representando los intereses de la viuda, figura Wendall Rohr, un elegante abogado sureño de grandes principios y un sincero interés por el caso que está defendiendo.
En un sofisticado centro de mando sito en un viejo almacén del barrio francés, Fitch y su equipo trabajan en el seguimiento y valoración de los potenciales miembros del jurado.
Fitch y Rohr van a descubrir muy pronto que no son los únicos interesados en ganarse el favor del jurado.
Uno de sus integrantes, Nick Easter, parece tener sus propios planes para influir en el grupo.
La recta moral de Rohr se pone a prueba, y Fitch se ve tentado a cruzar la línea entre elegir un jurado y comprarlo, sin importar quién puede resultar dañado con todo eso.