El hijo de Astérix

Mientras se ocupa junto con Obélix de la criatura —una tarea horrorosa para dos hombres solteros—, intentan descubrir quién dejó el bebé y quiénes son sus padres, siguiendo una pista dejada en el envoltorio del bebé.

Astérix y Obélix no tardan sin embargo en interceptarlo, dándole una lección de por qué son considerados el terror para los romanos, mientras los piratas saltan por la borda.

Justo cuando los galos intentan hacer que Brutus revele la verdad, Julio César llega inesperadamente, y es Cleopatra quien resuelve el misterio del niño:[nota 1]​ no es otro que el hijo de César y ella.

Brutus, para garantizar su acceso al trono, había estado intentando matar al bebé mientras César se encontraba fuera en campaña, por lo que Cleopatra mandó al chico a la aldea para protegerlo: la aldea era el único lugar donde ella podía garantizar la seguridad del niño frente a las tropas de Brutus, quien es finalmente despachado por Julio César.

La trama termina con el banquete en la galera real de Cleopatra, al cual se une el mismo César, habiendo prometido reconstruir la aldea como compensación por los esfuerzos de los galos para proteger a su hijo.