El terremoto ha sumido en el caos la provincia romana y, ante la ausencia de autoridad, el senador Sempronio decide tomar el mando como gobernador interino para restaurar el orden y socorrer a los habitantes.
Mientras Sempronio y Macro se quedan para resistir en Gortina, capital de la isla, Cato es nombrado tribuno por el senador y recibe la misión de navegar hacia Egipto para solicitar refuerzos al legado Petronio que está al mando de las legiones Vigésimo segunda y Tercera Cirenaica.
Finalmente conseguirá liberarlos y acabará con la rebelión de esclavos, pero Áyax escapa en un barco arrebatado a los romanos.
El senador Sempronio encarga a los dos protagonistas perseguir y capturar al gladiador poniendo a Cato al frente de la misión como nuevo prefecto.
Por primera vez Cato ostentará un rango superior a su viejo amigo Macro.