Muchos críticos han visto en este relato un ensayo político, en el que se reflejaría el escepticismo de Borges en esa materia.
La historia del Congreso es relatada por Alejandro Ferri, ya anciano, quien en su juventud formó parte del grupo liderado por Alejandro Glencoe y que se propuso la tarea de erigir un Congreso que representara a la humanidad.
Ferri era un periodista a quien un colega, José Fernández Irala, introduce en el grupo liderado por Glencoe.
Para decidirlo se nominó a dos de sus integrantes, quienes debían establecer una política al respecto.
De manera inesperada, Glencoe decide disolver el Congreso y quemar todos los libros debido que la vastedad de la tarea la hace imposible e inútil: "El Congreso del Mundo comenzó con el primer instante del mundo y proseguirá cuando seamos polvo".