El caso desveló torturas contra Madaf, algunos de sus hermanos y su padre, malos tratos e incluyó la agresión física por parte del ex juez Néstor Alfredo Ochoa.
Al día siguiente, Claudia visita a Nelson en su trabajo, y luego se retira para no regresar en los próximos nueve años.
Tanto Nelson Madaf como Laura Godoy sostenían que Díaz se había fugado por los abusos reiterados de su padre.
El caso finalizó cuando en febrero de 1998, Nelly Fernández encontró con vida a Claudia Díaz, la supuesta víctima.
Desde su liberación vivió en la indigencia, segregado socialmente y padeciendo de SIDA adquirido durante la detención.