En el año 1872, surgió una gran polémica entre dos grupos de aficionados a los hipódromos sobre una cuestión relacionada con la percepción ocular y el movimiento.
El fotógrafo, que se había ganado su reputación con las imágenes del parque Yosemite y la ciudad de San Francisco, accedió a resolver la situación.
[2] En esta prueba inicial, Muybridge fotografió al caballo Occidente trotando a unos 35 km/h en el hipódromo de Sacramento.
El resultado final no fue satisfactorio, puesto que Muybridge se topó con varios inconvenientes a la hora de captar el movimiento.
[4] Puesto que se consiguió producir mejores negativos, era posible entonces reconocer la silueta del caballo.
Eso fue una gran noticia para el bando de Stanford, ya que en la serie de imágenes se encontraba la solución al misterio que tanto tiempo había mantenido inquietos a los forofos: en un instante determinado, las cuatro patas del animal aparecían elevadas.
Gracias a este experimento, Muybridge ideó una nueva técnica en la que la pista tenía una longitud de unos 40 metros.