El cántaro fresco se ha categorizado como una obra perteneciente al Modernismo, el cual se destacó por enaltecer los elementos de la naturaleza y lo pastoril así como las figuras elegíacas.
La poetisa, como un homenaje a su tierra, a su Tacuarí, realiza una escritura enraizada en los paisajes agrestes y salvajes de su niñez y adolescencia.
La obra consta de un libro en prosa poética, siendo escrito por la autora ya establecida en Montevideo desde 1918, y en él reproduce su amor por la naturaleza y su paz interior.
Todas las imágenes utilizadas muestran la luz y el color local de su tierra: los veranos sofocantes y el sol cayendo a pleno.
(*) Los poemas señalados con un asterisco son los agregados a la primera edición de 1920.