La redacción, la administración y los talleres de la publicación se encontraban emplazados en Barcelona.
En 1859 el escritor e historiador Víctor Balaguer escribía crónicas desde Italia sobre la guerra con Austria para este periódico.
Otros autores de prestigio que colaboraron fueron Robert Robert, José Coroleu e Inglada, Conrad Roure, Claudio Ametlla, Màrius Aguilar, Ángel Samblancat, Antoni Feliu i Codina, Valentín Almirall, Ramón Sempau y Valentín Camp, entre otros.
Manuel de Lasarte y Rodríguez Cardoso (cuyo seudónimo era Pere Pau Pi), que era propietario y director desde la muerte de su creador, Fernando Patxot, otorgó diversos nombres al periódico, pero todos ellos fueron provisionales (aunque algunos incluso llegaran a tener una larga duración): El Principado (1866), La Imprenta (1871-1878), La Crónica de Cataluña (1875), El Teléfono (1878-79).
Incluso pretendió denominarse La Cortina, como venganza contra el fiscal de imprenta cuyo apellido era precisamente Cortina, pero el gobernador civil le respondió que cualquier otro nombre sería mejor, incluso el de El Diluvio Universal.