[3] Con El Coloso, la Editorial Maga puso por primera vez en práctica la estrategia comercial de lanzar sus nuevas series a un precio reducido; en este caso, a 50 céntimos.
[4] Se inscribía también en un subgénero entonces en boga, el del peplum,[5] adelantándose a El coloso de Rodas (1961).
[5] Los últimos números fueron dibujados por Esteban Maroto[5] con la colaboración en los fondos de Carlos Giménez.
Ambos habían sido ayudantes de Manuel López Blanco, pero ahora poseían un estudio propio.
[7] Para el crítico Pedro Porcel Torrens, "El Coloso" es una serie divertida que alcanza sus mejores momentos cuando recurre a la mitología.