Fue en ese contexto cuando el comerciante ítalo-estadounidense Peter Bacigalupi, radicado en Lima y propietario de una imprenta, decidió acometer una empresa cultural ligada al mundo de las publicaciones periódicas.Tanto su portada como sus páginas interiores estaban ilustradas con grabados o litografías a cargo del dibujante Evaristo San Cristóval, que puso su taller de litografía al servicio del periódico.[5] Si bien anteriores publicaciones peruanas ya habían usado imágenes, están solían ser caricaturas políticas y clichés de avisos; lo novedoso de El Perú Ilustrado es que sus imágenes eran realistas y que abarcaban tanto personajes de la actualidad como del pasado, así como paisajes naturales y culturales, todo con un buen acabado artístico.En la portada del N.º 155 (1890) apareció el retrato de la escritora española Emilia Pardo Bazán.[3] Entre 1895 y 1896, apareció otro semanario con el mismo nombre, bajo la dirección del entonces joven poeta José Santos Chocano, aunque no estaba relacionado con la empresa de Bacigalupi, por lo que no se le puede considerar como una segunda etapa del semanario fundado en 1887.