Se muestra en la Sala 11 de la colección permanente del museo.
[1] Estilísticamente, en El Paseo de Colón Picasso jugó con la dualidad entre el cubismo sintético y el puntillismo.
La pintura está aplicada irregularmente, combinando pinceladas con mucha materia con otras más ligeras.
La ventana está concebida como una estructura, que emplea la distorsión de formas y la práctica ausencia de colores típica del cubismo para proyectar al espectador hacia el paisaje marítimo del fondo, este sí, coloreado y hecho con toques de pincel característicos del neoimpresionismo.
Tanto la barandilla como la bandera española y la estatua de Colón aportan realismo a un paisaje ópticamente inventado.