[4][1] Durante el periodo en que Merino dirigió la publicación, el rotativo habría ido adoptando una línea editorial más derechista y radical,[4] y se convirtió en uno de los principales órganos de la extrema derecha,[1] en su oposición a la transición democrática liderada por Adolfo Suárez.
[5] El diario, que llegó a competir directamente con el diario ultraderechista El Alcázar, convirtió al presidente del gobierno Adolfo Suárez en uno de los principales blancos de sus ataques.
[6] Según algunos autores, el gobierno libio de Muamar el Gadafi habría financiado al diario a través de su embajada en España, extremo que sin embargo no se ha podido confirmar.
Durante la primera época, la publicación acentuaría sus posiciones ultraderechistas, adoptando una línea editorial favorable a Blas Piñar y el partido Fuerza Nueva.
Víctima de graves problemas económicos,[6] la plantilla tuvo muchos problemas para cobrar los salarios que se les adeudaban y el diario acabaría desapareciendo en diciembre de 1980.