El Estado en la historia
Es un análisis sociopolítico e histórico político del papel que ha jugado el Estado en la sociedad desde su existencia, desde una perspectiva anarquista, ofrece una importante cantidad de datos histórico-estadísticos referenciados que dimensionan sus tesis.Estas ideas son compatibles con las ideas sobre la "clase política" como generadora de las transformaciones económicas ilegítimas, tesis expuesta tanto por Mijaíl Bakunin como por el economista Franz Oppenheimer.La relación de las clases de élite con el Estado, es una relación de beneficio, puesto que el Estado expolia a los ciudadanos comunes (campesinos, trabajadores, clases medias), el mismo luego vende las riquezas expoliadas a sectores cercanos o afines, resultando para las élites una inversión cómoda la labor del Estado, por ejemplo contratistas bélicos o impone servicios públicos donde asegura ingresos a contratistas privados de su preferencia, o impone restricciones comerciales que perjudican la economía de las clases productivas en general y benefician sólo a empresarios cercanos al poder.Sin embargo afirma que la dinámica estatal con las fuerzas económicas privilegiadas es independiente, ya que el objetivo de la clase al mando es fortalecerse a sí misma de una manera o de otra, por lo que los objetivos con estos altos grupos económicos son diversos (en ocasiones el Estado puede favorecer otras clases económicas para que hagan contrapeso a cierto sector de la sociedad o la economía que lo incomode) aunque no son fatalmente divergentes.Leval afirma que mientras en la sociedad aquellas personas que no pertenecen a las palancas de mando trabajan, producen, cambian, cooperan, crean, construyen ciudades (estos son los productivos) y hacen acuerdos voluntarios que normalmente deben mantener puesto que dependen de ellos (caso contrario cundiría el caos), la clase política al no ser productiva no necesita mantener su palabra ni sus acuerdos sino que aspira a seguir manteniéndose del erario público, por ello es natural e inevitable que las clases políticas tiendan a la demagogia, al cálculo político maquiavélico y a la corrupción institucionalizada.