La subscripción trimestral importaba sesenta reales de vellón y su redacción estaba compuesta por destacados intelectuales afrancesados.
El impresor y editor León Amarita la creó una vez promulgada la amnistía política tras el golpe liberal del general Rafael del Riego y toda su redacción la formaban afrancesados liberales moderados.
Nació con el fin de censurar a liberales exaltados y defender las doctrinas neoclásicas e ilustradas.
Mantuvo ásperas polémicas con El Zurriago, periódico exaltado por excelencia del periodo dirigido por el jacobino Félix Mejía, y con El Universal, con quien disputó la mayor parte de las veces.
Por su parte, el abate Miñano, más conocido como "El Pobrecito Holgazán", se dedicó a la sátira costumbrista y política y escribió las célebres y mordaces cartas políticas tituladas Lamentos políticos de un Pobrecito Holgazán que estaba acostumbrado a vivir a costa ajena, en las que hacía una feroz crítica del Antiguo Régimen en España; estos artículos hicieron muy popular no solo al Censor, sino a Miñano.