Este valle ha estado poblado desde las primeras culturas paleolíticas peninsulares, documentadas por los restos encontrados.
Durante el período Neolítico no se conocen asentamientos en la zona; por el contrario, durante el Calcolítico se produce un gran desarrollo poblacional en los cerros y escarpes que circundan el valle.
Durante la Edad del Bronce, desde el año 1 200 a. C.,[2] parece ser que se ocupa por primera vez el yacimiento de El Castillejo, asentamiento que debe estar relacionado con los yacimientos de los cerros circundantes.
Ambos yacimientos presentan unas características comunes: ubicación muy cercana al curso del río Ojailén, ocupación de un antiguo domo volcánico, poseer escasa altura, esta última característica posiblemente incentivó la existencia de fortificaciones más o menos desarrolladas.
Probablemente durante el Hierro I, el asentamiento continuó siendo ocupado, aunque se desconoce la entidad de la población, pues los datos aportados son meramente superficiales.