[8] Los productos y servicios turísticos vieron un incremento del 37,2% en comparación a otros años en estas fechas.
[13] Debido a la rapidez en la organización e implantación del Buen Fin este año inicial, varias tiendas se quedaron sin inventario disponible para ofertar.
[12] Se utilizó un 17,5% más las tarjetas de crédito o débito bancarias para realizar compras en esta edición, en comparación al año anterior.
[42] También fue la primera edición en que pudo utilizarse la tarjeta de crédito Fonacot MasterCard, creada por el gobierno federal para ofrecer descuentos en productos.
[47] El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) participó por primera vez en esta edición, con promociones en diferentes publicaciones así como en visitas a los diferentes museos del Instituto Nacional de Bellas Artes (Inba), entre otros relacionados.
[50] Se implantó un sorteo o lotería fiscal gestionado por la Secretaría de Hacienda específicamente para este evento, donde habrían de participar todos los ciudadanos que hayan pagado con su tarjeta bancaria cualquier producto o servicio con promoción del Buen Fin.
Se registraron más de 935 mil seguidores en las cuentas oficiales del evento en Facebook y 41 560 en Twitter.
El gobierno federal aumentó su inversión a la realización del Buen Fin, duplicando el monto destinado para la edición predecesora.
[17] Durante esta edición surgió un boicot al Buen Fin en los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas que posteriormente se extendió a la Ciudad de México, según reportó la Antad.
Hubo un total de 149 000 beneficiados con la lotería fiscal cuyo monto ascendió a 466,1 millones MXN.
[22] Se trató de la primera ocasión en que El Buen Fin no superó el objetivo comercial planificado.
[60] Durante esta edición se generaron ingresos superiores a 100 000 millones MXN, lo que representó un incremento de aproximadamente el 20% en las ventas con respecto al año anterior.
En cambio, creó una nueva campaña denominada «El fin de semana irresistible», aplicable en sus sucursales ya mencionadas, así como en Sam's Club, Bodega Aurrera y Superama (actualmente conocida como Walmart Express).
[61] Adicionalmente, se solicitó por primera ocasión que los establecimientos participantes «tengan un RFC válido, su buzón tributario activo y la opinión de cumplimiento fiscal positiva».
[33] En esta edición la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) informó que ha recuperado 1 millon 287 millones de pesos a favor de compradores afectados por monto recuperado corresponde a aquellos casos en los que los comercios no respetaron promociones publicitadas, o aplicaron precios erróneos o, inclusive, incurrieron en prácticas comerciales indebidas.
El Buen Fin, en consecuencia y bajo esta óptica, es un programa que ayuda a todos».
En algunos casos, diversos establecimientos han adoptado prácticas estratégicas que permiten hacer más evidentes las ofertas ofrecidas durante el evento».
[24] Para atender quejas la Procuraduría Federal del Consumidor cuenta con servicios telefónicos así como a través de las redes sociales.
[8] Ese mismo año, a pesar de las ventas conseguidas en la primera edición, Alejandro Calvillo, director de la asociación civil El Poder del Consumidor, consideró que El Buen Fin solamente obedece a la «logística empresarial» comercial, y no representa en sí un beneficio para las familias mexicanas.