Los antiguos griegos imaginaban el eidolon como un doble fantasmal de la forma humana.
Los teósofos lo ponen en relación con el perispíritu, el doble astral y el kamarupa.
Tanto los griegos como los teósofos creían que el eidolon se originaba tras el ingreso del difunto al Hades, lugar donde el espíritu del difunto perdía su identidad, y su espíritu volaba como un eidolon indeterminado, en forma de imagen descarnada.
Sin embargo, mientras Homero usa el concepto de eidolon como una idea independiente que otorga una vida después de la muerte a Helena, Eurípides entronca aquí con la idea del kleos, siendo el eidolon y el Kleos de Helena uno producto del otro.
[1] [2] El concepto griego de Eidolon y sus efectos mundanos más tarde fueron utilizados como tema para un poema del mismo nombre por Walt Whitman en 1876.