Aíd al-Adha es parte del Hach, la gran peregrinación a La Meca, que debe realizarse por lo menos una vez en la vida durante este mes.
La corriente de la escuela Malikí, presente en la región del Magreb y el África Occidental, indica que el sacrificio animal no es obligatorio y se recomienda solo a las personas que dispongan de los medios económicos para procurarse la oveja o vaca.
Normalmente, suele celebrarse al aire libre, en las afueras de las ciudades, en una zona abierta denominada musalla.
Recita unos versículos del Corán que solamente se mencionan durante las dos fiestas anuales y en los entierros.
Los musulmanes glorifican a Dios hasta que el imán inicia la oración recitando siete takbir (Allahu akbar) y haciendo dos prosternaciones (rakáa).
Después el imán pronuncia una jutba (‘sermón del viernes’) a los miembros de la comunidad que se hallan presentes.
Al final, Dios —cuenta la tradición— fue clemente y paró su brazo en el aire justo cuando iba a cercenar el cuello de su hijo.