Río Ego

[1]​ Tiene 15 km de longitud y discurre por los municipios vizcaínos de Mallavia, (no por su casco urbano), Ermua –donde comienza a ser duramente urbano y a estar encauzado y cubierto en algunos tramos– y Zaldívar (por el territorio de este municipio, que pertenece a la cuenca del Deva), entrando en Guipúzcoa por Éibar, donde vuelve a ser domesticado hasta el extremo de que, prácticamente, en todo su recorrido por el casco urbano de Éibar está cubierto, volviendo a la luz en los últimos kilómetros del mismo.

Desde su entrada a Ermua el río se ve muy afectado en todos sus aspectos: cauce, orillas, aguas...

Todo su recorrido está inmerso en un estrecho y angosto valle ocupado principalmente por la ciudad de Éibar, que en su desarrollo, muy significativo en la segunda mitad del siglo XX, se extendió, trepando, por la laderas de los montes circundantes y cubrió todo el cauce del Ego.

En el año 2008 es posible observar colonias de patos en el tramo eibarrés descubierto del río Ego, en su confluencia con el Deva en Málzaga, y ya en todo el Deva, casi hasta la desembocadura.

En la Edad Media se creó la institución Val de Ego que gestionaba la producción ferrona del valle.

Estos espacios fueron utilizados como refugio antiareo durante la guerra civil de 1936.

Los afluentes del río, las regatas que bajan de las ladera del valle y crean en algunos casos, como Txonta, Matxaria o Ubitxa, unos problemas similares que se solventan de la misma manera, cibriendolas.

El río, agravado por su ocultamieto, ha sufrido toda clase de vertidos, no solo urbano, sino también industriales.

Cuenca del río Ego