Se describió por primera vez en 1835 por una ocurrencia en Rundemyr, Øvre Eiker, Buskerud, Noruega.
Aegirine recibió el nombre por Ægir, el dios teutónico del mar.
además, suele llevar impurezas que le dan distintas tonalidades, como son: Al, Ti, V, Mn, Mg, Ca, K, Zr, Ce.
Encontrado comúnmente en rocas ígneas de propiedades alcalinas, particularmente en las sienitas (compuestas de un feldespato alcalino y un mineral ferromagnésico) y las sienitas pegmatitas.
También se presenta en los esquistos, siendo generalmente de color verde oscuro o negro verdoso.