Tras alcanzar tierra, disminuyó su fuerza siendo catalogado, al día siguiente, como un ciclón extratropical en el estado de Pensilvania.
Varias casas que se encontraban en llanos o en las proximidades a ríos resultaron inundadas.
El paso del Huracán Isabel resultó con US$ 40 millones de pérdidas materiales y sin víctimas fatales.
[3] La Gobernadora de Delaware, Ruth Ann Minner, declaró al estado en emergencia por la llegada del huracán.
[7] Fuertes vientos del huracán produjo leves marejadas que alcanzaron 2,64 metros (8,66 pies) en Reedy Point, Delaware.
[1] Las olas fueron un levemente más grandes que lo normal, resultado con una erosión en la playa,[8] especialmente en el Condado de Sussex.
[9] También hubo fuertes lluvias en la zona afectada, pero a su vez fue esporádica, acumulando 48 mm en Greenwood,[8] lo que ocasionó el desborde de ríos, con 0,725 metros (2,38 pies) de agua en las cercanías del río Christina.
[12] Ocho caminos, incluyendo la carretera interestatal 13A se mantuvo cerrado por varios días, debido principalmente por las inundaciones.
[12] Tras el paso de la tormenta, se estimó las pérdidas materiales en US$ 40 millones y sin víctimas fatales por efectos del huracán.
[5] Ese mismo día, el presidente George Bush declaró al estado de Delaware en catástrofe federal.
Tras dos días de la tormenta, 2 mil personas continuaban sin energía eléctrica en zonas apartadas del estado.