[14] Asimismo, en México, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) la educación ambiental constituye un enfoque pedagógico que forma al individuo para desempeñar un papel crítico en la sociedad y establecer una relación armónica con la naturaleza.
[15] Por otro lado, la investigadora canadiense Lucie Sauve la definió como un proceso que busca «la reconstrucción del sistema de relaciones entre personas, sociedad y ambiente».
Se acuerda la incorporación de la educación ambiental al sistema educacional como cualquier otra materia y la cooperación internacional respecto a este tema.
[26][27] La educación tiene un rol central en tres áreas clave para avanzar hacia una economía descarbonizada y resiliente al cambio climático.
En primer lugar, debe proporcionar a los estudiantes el conocimiento científico necesario para comprender la crisis climática y la biodiversidad.
En segundo lugar, las escuelas deben garantizar la continuidad del aprendizaje incluso durante eventos climáticos extremos.
La transición hacia una economía sostenible requiere que los sistemas educativos, en particular los de educación técnica y superior, se coordinen con las estrategias nacionales de descarbonización para garantizar que los estudiantes estén preparados para aprovechar las oportunidades laborales emergentes.
Estas iniciativas permiten una experiencia educativa experiencial, conectando el aprendizaje teórico con la práctica diaria, y refuerzan el desarrollo de habilidades para la ciudadanía verde.
[26][28] Las huertas escolares se convirtieron en un recurso didáctico excelente tanto para escuelas rurales o urbanas.
En esta organización buscan la cooperación de otras personas, dentro y fuera del marco escolar.
El programa está concebido para impulsar el currículo escolar y establece una especie de puente entre este y el entorno próximo al centro, incorporando temas-problema que han de ser resueltos siguiendo la secuencia arriba indicada.
[37] En algunas regiones, como en España, las altas temperaturas han forzado la suspensión de clases en edificios escolares no preparados para soportar el calor.
Estos eventos climáticos extremos no solo afectan la continuidad de las clases, sino que también impactan el rendimiento académico.
Las familias desplazadas suelen priorizar la seguridad económica sobre la educación, lo que limita el acceso escolar y perpetúa las desigualdades ya existentes.
[38][39] En los países en desarrollo, el cambio climático ha provocado que muchos niños abandonen la escuela para trabajar y ayudar a sus familias tras desastres naturales, exacerbando las disparidades educativas.
[37] Ley Yolanda, incluye a todos los empleados públicos del poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación.