Eduardo Callejo de la Cuesta

Fue conocido sobre todo por la que sería conocida como Ley Callejo, una reforma universitaria que permitía que los centros superiores privados de la Iglesia pudieran expedir títulos oficiales.Contó con la estrecha colaboración de Wenceslao González Oliveros —director general de Enseñanza Media y Superior— e Ignacio Suárez Somonte —director general de Enseñanza Primaria—.En el ámbito de la enseñanza secundaria, en 1926, estructuró el bachillerato en dos niveles: Elemental y Superior, redujo su duración a seis años y estableció dos especialidades: Ciencias y Letras.En el ámbito universitario, en mayo de 1928 promulgó la que sería conocida como la Ley Callejo, cuyo artículo 53 permitía expedir títulos universitarios a los dos centros de estudios superiores privados existentes entonces en España, ambos propiedad de la Iglesia católica —los agustinos de El Escorial, y los jesuitas de Deusto—.La Ley Callejo provocó las protestas de los estudiantes movilizados por la Federación Universitaria Escolar, en principio, como ha señalado, Eduardo González Calleja, como «una respuesta de autodefensa de los estudiantes encaminados a profesionales liberales contra la plétora de licenciados procedentes de los establecimientos educativos confesionales».