Bristol, la ciudad más grande del suroeste de Inglaterra, muestra una combinación ecléctica de estilos arquitectónicos, variando desde el estilo medieval al brutalismo del siglo XX y más adelante.
Durante la mitad el siglo XIX, se desarrolló un estilo arquitectónico único en la ciudad conocido como el bizantino de Bristol, del cual quedan varios ejemplos.
La ciudad tenía extensas murallas en la Edad Media, de las que solo quedan vestigios en la actualidad.
Se caracteriza por ladrillos policromados y arcos decorativos.
Se usó este estilo en la construcción de fábricas, almacenes, y edificios municipales durante la época victoriana.