Conforme a esta ley, el Banco se establece como una institución privilegiada (en los 25 años siguientes como una sociedad anónima), con el capital inicial de 20 millones de dinares y estaba previsto que el estado supervisara su funcionamiento.
No obstante, la Junta directiva del Banco decide encargar el proyecto a Konstantin Jovanović, ya en aquel entonces un arquitecto conocido e hijo del litógrafo Anastas Jovanović.
Para la realización de la construcción adicional, una vez más fue contratado Konstantin Jovanović, que cumplió esta tarea con éxito, manteniendo los mismos principios estilísticos aplicados en la parte antigua del edificio.
El palacio administrativo del Banco ha conservado hasta hoy la misma forma de la manzana cerrada con el atrio interior descubierto.
Las construcciones particulares cuyos valores estilísticos acogió Jovanović eran dos palacios: el Palacio Farnese en Roma, de Antonio de Sangallo Junior y Miguel Ángel (construido en 1513 y entre 1534-1546) y el Palacio Oppenheim en Dresde, de mediados del siglo XIX, cuyo autor fue Gottfried Semper.
Las fachadas se realizaron de manera academicista típica, con la sección horizontal triple.
La zona de la planta baja y la del sótano se caracterizan por una realización rústica pesada y monolítica, que está aliviada por una serie de ventanas arqueadas, distribuidas regularmente.
En el tratamiento de las zonas superiores Jovanović se permitió más libertad.
Estas zonas, de acceso público, están ricamente decoradas en estilo neo-renacentista.