La ecotoxicología es el estudio del efecto de compuestos químicos tóxicos sobre los seres vivos, especialmente en cuanto a poblaciones, comunidades y ecosistemas.
Esto ha planteado que el foco original se extendió más allá de los efectos puramente toxicológicos.
Van Straalen (2003) en particular, ha argumentado que este campo de la ciencia ha cambiado hacia el estudio del "Estrés Ecológico".
[1] Hay factores que intervienen en la ecotoxicidad terrestre provocando el deterioro del suelo, como inadecuados sistemas de utilización, conflictos socioeconómicos (incendios, incorporaciones sucesivas de biocida, metales pesados, solventes, plásticos, etc.) y el estado y situación previa del suelo.
El principal problema en cuanto a lo referente de la contaminación hídrica es la facilidad que presentan algunas especies para concentrarlo en su organismo, como por ejemplo los túnidos.
El transporte de estos productos se encuentra sometido a fenómenos atmosféricos que resultan impredecibles.
El monitoreo biológico en ecotoxicología evalúa los efectos de los contaminantes sobre individuos, poblaciones, comunidades y ecosistemas.
En las pruebas de laboratorio, se administra un compuesto a una especie particular en condiciones controladas.
Presenta la ventaja de simplificar el sistema, y ser capaz de establecer mejor los efectos atribuibles a una sustancia, pero no tiene en cuenta la interacción con otros organismos y compuestos, así como con factores ambientales, lo que dificulta la extrapolación.
Suele realizarse sobre fracciones subcelulares, cultivos celulares, tejidos u organismos aislados para medir efectos sobre la viabilidad o la reproducción celular.
Pueden entrar en la cadena trófica a través del propio agua o siendo absorbidos por algunas plantas.
Actualmente se trabaja en el desarrollo de plaguicidas menos agresivos (imidazolinonas, piretroides), pero los riesgos siguen existiendo.
Compuestos con PCP pueden liberar dioxinas si son expuestos al sol o se incineran.