Dawson también supuso que el econacionalismo es "la síntesis del ambientalismo, la identidad nacional y la lucha por la justicia".
[1] El econacionalismo, tal como lo definen los antropólogos, a menudo se manifiesta en la adopción de la naturaleza como una entidad fuera de la cultura que debe protegerse en su estado prístino e intacto siempre que sea posible.
[4][5][6] El biorregionalismo es la creencia de que los sistemas políticos, culturales y económicos son ambientalmente más sostenibles y justos si se organizan en torno a áreas definidas de forma natural llamadas biorregiones.
[7] El econacionalismo puede manifestarse en el ecoturismo, que puede enriquecer las economías locales pero ha recibido críticas desde una variedad de perspectivas.
[11] La lucha del pueblo Ogoni en Ogonilandia en la costa sur de Nigeria contra el gobierno nacional ha sido caracterizada como un movimiento econacionalista por Jane Dawson.
Como resultado, el nacionalismo Ogoni asumió una dimensión ambientalista distintiva en respuesta a estos problemas.
[12] Algunos académicos han sugerido que el econacionalismo cívico es una característica distintiva de la política taiwanesa.
Esta situación ha llevado a la protesta en curso del Bulevar Indígena Ketagalan, que comenzó en 2017.
[6] El SNP se destaca por su larga voluntad de trabajar junto a los activistas ambientales.
[15] Al igual que el SNP, los Verdes escoceses favorecen la independencia del Reino Unido.
El partido ha pedido leyes que brinden protección al paisaje y los ecosistemas al tiempo que abordan cuestiones de movilidad, desechos, energía, minería y gestión del agua.
[18] El partido político húngaro Movimiento Nuestra Patria ha sido descrito como de orientación chovinistamente econacionalista; por ejemplo, el partido ha pedido a los húngaros que muestren patriotismo apoyando la eliminación de la contaminación del río Tisza y al mismo tiempo culpando a Rumania y Ucrania de la contaminación.
[8] El grupo Oil Free Wellington y sus proyectos hermanos en otras áreas de Nueva Zelanda, un movimiento que hizo campaña contra la extracción de petróleo en aguas profundas frente a las costas de Nueva Zelanda debido al daño que estaba causando a la nación, ha sido descrito como otro ejemplo del econacionalismo neozelandés.
Pese a no alcanzar buenos resultados, más adelante su personalidad obtendrá notoriedad tras la pandemia del 2020, donde Salle mantendrá una posición conspiranoica y antivacunas.
Pudiendo fundar un partido nuevo llamado Identidad soberana, obteniendo excelentes resultados en las elecciones internas 2024.