Todas las dunas de una misma región no están sujetas a este fenómeno.
La frecuencia fundamental varía entre 60 y 105 Hz, dependiendo del tamaño de los granos.
Si los granos no se mueven de forma cadenciosa, las dunas suenan falsas o guardan silencio.
Las dunas cantoras, un ejemplo del fenómeno del canto de la arena, producen un sonido descrito como rugiente, retumbante, chirriante, o en ciertos casos especialmente señalados como la "canción de las dunas".
En algunas playas a lo largo de todo el mundo, la arena seca puede producir cantos, chirridos, silbidos o sonidos semejantes a ladridos si una persona arrastra sus pies con la suficiente fuerza.
[2][3] El fenómeno, científicamente, aún no se comprende de un modo completo, pero se ha observado que la arena de cuarzo lo hace si los granos están muy bien redondeados y son muy esféricos.
También se ha especulado que las capas delgadas de gas atrapadas y puestas en libertad entre los granos actuarían como amortiguadores percusivos capaces de vibrar y así producir los sonidos escuchados.
[5] No todas las arenas cantan, silban o crujen por igual.