En la novela,[9] Bob García pone en valor una tesis raramente evocada en relación con la identidad del asesino en serie llamado « Jack the Ripper ».
La historia particularmente sórdida de este joven muchacho, proporciona en la novela un motivo plausible para cometer esos crímenes horrendos.
El bajo vientre de la mujer fue cortado para así recuperar al feto en formación, y sin recurrir en este procedimiento a lo que son las vías naturales.
Poco tiempo después de estos hechos, los dos niños lograron escaparse del burdel, y luego, el muchacho finalmente fue acogido en un ambiente familiar donde lo consideraron como un hijo.
Cuando Holmes finalmente logró terminar su investigación identificando a aquel jovencito como al asesino en serie, éste se encontraba entre la vida y la muerte, pues su padre adoptivo decidió eliminarlo tras descubrir las terribles actividades nocturnas de su pupilo.
Así pues, la identidad exacta del asesino no pudo ser jamás confirmada, según la trama desarrollada por Bob García.