Doro Levi

El ambiente triestino le marcó su perfil cultural irredentista.

Doro Levi estuvo en Atenas, desde 1921 hasta 1926, en la Escuela arqueológíca italiana de Atenas, en aquel entonces dirigida por Alessandro Della Seta.

Los años florentinos fueron los de su amistad con Bernard Berenson y sus primeras asignaciones de trabajo: en 1926 inició su actividad en la Soprintendenze de Etruria, primero como inspector, y desde 1935 como superintendente.

Este paréntesis de tres años en Cerdeña fue muy fructífero, tanto para su formación como para el avance de la arqueología en la isla.

[1]​ Levi publicó manuscritos técnicos de arqueología, como el de Festos e la Civiltà Minoica, tavole I editado en 1976.