Dorángel Vargas

Se sospechó enseguida de Vargas, que vivía en una choza improvisada próxima a la zona.

Una vez capturado, confesó haber matado y comido al menos a 10 varones en un periodo de dos años desde su arresto en 1999.

[4]​ Dorángel Vargas fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide, por lo cual ante la ley venezolana, lo hace inimputable, además de no existir en el país ningún centro con las condiciones adecuadas para su reclusión, lo mantienen en la actualidad aislado en un centro penitenciario del estado Táchira, Venezuela.

Dorángel cazaba a sus víctimas con un tubo en forma de lanza, los descuartizaba, guardaba las partes que se comía para cocinarlas y enterraba los pies, las manos y las cabezas.

Sus objetivos primordiales eran desprevenidos por deportistas y obreros que trabajaban en la orilla del río; sin embargo, no comía mujeres ni niños.