[1] Shiley comenzó trabajando en el Laboratorio Edwards, localizado en el Condado de Orange, al sur de Los Ángeles; este laboratorio fue el primero en fabricar válvulas cardíacas artificiales.
La válvula Björk–Shiley provocó muchas mejoras en los siguientes años, principalmente en el grado de apertura del disco; reduciendo la turbulencia en el torrente sanguíneo.
Algunos años más tarde, Shiley decidió vender su compañía a Pfizer y retirarse.
Le sobreviven su esposa, Darlene, y sus cuatro hijos, al igual que sus cinco nietos.
Esta donación fue la cifra más alta recibida en la historia de la Universidad.