Beija pierde la honra y se entera de que el Auditor mató a su abuelo.
Los problemas siguen siendo más fuertes, que la madre de Antonio decide envenenarla a Beija, pero esta no logra consumir el veneno que le había dado, las mujeres del pueblo la odiaban y la insultaban.
Pero Antonio y Beija se convierten en amantes, pero los problemas que intervienen lo vuelven a separar.
Las cosas cambian para Antonio porque este decide hablar con Beija, pero esta le tiene una trampa, que un perro que cuida el territorio donde esta vivía, mate a Antonio, y este sale muy malherido, teniendo el pensamiento en vengarse de Beija.
En un juicio por la muerte de Antonio, Beija queda inocente y está dispuesta a tomar una decisión para cambiar su vida.