[2][3] El perro nació en febrero de 2001 y a los seis meses fue abandonado en el centro de Osorno, en donde esperaba que retornaran sus dueños; producto de esto, los habitantes del sector lo comparaban con el can japonés Hachikō.
[2] También se caracterizaba por acompañar las distintas marchas y manifestaciones que se realizaban en la ciudad, de manera similar a lo que realizaba Negro Matapacos en Santiago.
[4] Una de las características de Don Luis Apolo es que comúnmente deambulaba por las calles del centro de Osorno, pidiendo galletas «Serranita» o «Carioca» a los dueños de los quioscos, quienes le entregaban los envases cerrados y él los abría con su propio hocico.
[5][6] Habitualmente dormía en la calle Lastarria, lugar donde en agosto de 2020 se le instaló una casita construida por los propios vecinos del sector.
[7] En 2019 fue adoptado por Hilda Madrid, quien explica que el can posee en realidad dos nombres: de lunes a viernes se llama «Don Luis» y el fin de semana se le agrega el nombre «Apolo».