Don Juan (Gonzalo Torrente Ballester)

El autor explica perfectamente cuál fue el procedimiento en una conferencia pronunciada durante sus años docentes en la State University of New York at Albany y que posteriormente fue recogida en su volumen titulado Ensayos críticos y reaparecida en la última edición de la novela (Punto de Lectura, 2008).Esta carta, en la que rebatía punto por punto las objeciones puestas por el censor, fue fundamental, pues el ministro ordenó que el asunto fuera revisado personalmente por el director general de Información, máximo responsable de la censura.Éste, con el informe del censor en una mano y la carta de Torrente en la otra, fue revisando uno por uno los tachones rojos.Con esta intervención, la mayor parte de la novela se salvó, especialmente todos los pasajes que Torrente consideraba fundamentales.Superado el trámite, salió a la venta con unas cuantas supresiones que se podrían calificar de menores.