Domingo Ibáñez de Erquicia

Durante diez años trabajó entre los cristianos, para consolarlos, reconciliar a los apóstatas, administrando los sacramentos en circunstancias dolorosamente difíciles.

Ibáñez fue ayudado en sus esfuerzos misioneros por Francisco Shoyemon, un laico japonés que más tarde fue recibido en la Orden de Predicadores como hermano cooperador dominico.

Fue mientras estaban en la cárcel que Ibáñez recibió a Shoyemon en la Orden Dominica como hermano cooperador.

Los dos compañeros de trabajo en la fe fueron condenados a muerte en el mismo día.

El Positio Super Introductione Causae o la causa de beatificación fue escrito por el respetado historiador, Fray Fidel Villarroel, O.P., que llevó a su beatificación durante la visita papal de Juan Pablo II a Filipinas.