Sin embargo, la radioterapia y la quimioterapia pueden producir dolorosas condiciones que persisten aún después de finalizado el tratamiento.
[4][5] Con un correcto tratamiento, el dolor oncológico puede ser eliminado, o bien, controlado en el 80-90% de los casos.
Mundialmente, alrededor del 80% de las personas con cáncer reciben poca o nula medicación contra el dolor.
La Real Academia Española —RAE— define al dolor como una sensación «molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior».
[12] El dolor neuropático está, en muchas ocasiones, acompañado de sensaciones como la parestesia, la hiperestesia, la alodinia, entre otras.
[29] Tanto el cáncer como el tratamiento contra la enfermedad conllevan un deterioro en la capacidad inmunológica de los pacientes.
Tratamientos con antibióticos lograron aliviar el dolor al cabo de tres días.