También conocidos como los duendes coreanos, poseen extraordinarios poderes y habilidades que utilizan para interactuar con los humanos, ya sea gastándoles bromas o ayudándolos.
[3] Los dokkaebi son diferentes a los gwisin (en coreano: 귀신 fantasmas) en que ellos no son formados por la muerte de un ser humano, sino más bien por la posesión espiritual de un objeto inanimado como viejas herramientas del hogar (escobas, por ejemplo) u objetos manchados con sangre humana.
Los dokkaebi son muy hábiles en la lucha libre y no pueden ser vencidos, a menos que su lado derecho explote.
El fuego del dokkaebi es una luz de tenue brillo o altas llamas azules que anuncian su aparición.
[1] Algunas comunidades realizan rituales para ahuyentarlos, pues creen que son la causa de los incendios y enfermedades contagiosas.
Nunca regresó y el anciano se convirtió en la persona más rica de la ciudad.