[3] Doina Ruşti fue criada en una aldea en el sur de Rumanía por sus padres y profesores, luchando por sobrevivir en un mundo comunista.
[4] Su sangre se adapta a ancestros que van desde montenegrinos hasta turcos, judíos y especialmente rumanos danubianos, todos con nombres largos que terminan en escu, la mayoría de los profesores, tenderos y comerciantes de caballos.
Cuando tenía once años, su padre fue asesinado en circunstancias misteriosas, que aún no se han dilucidado hasta el día de hoy.
[7][8] Por eso, el tema de la decadencia familiar como una institución es recurrente en todas las novelas escritas por Doina Rusti.
El estilo aburrido, la superposición poética y la fluidez narrativa son los sellos distintivos de estos dos libros.