Distrito de Canis

Estas vienen a ser las maderas que sirven para sostener las tejas, en el frontis de las casas.

Sus primeros habitantes fueron procedentes de las culturas pre incas, tanto waris como llacuaces, procedentes del sur del país, que se desarrollaron básicamente en las hoy regiones de Junín, Huánuco y Ancash.

Ya fosilizados, fueron arrastrados por los huaycos en 1997 hasta una planicie de Marucmay, a orillas del río Coca.

Su permanencia en este lugar lo testifican las ruinas que hasta ahora aún permanecen desafiando al tiempo.

También existen otros restos arqueológicos que atestiguan la presencia del poblador de esta zona.

Visto desde la parte occidental presenta cuatro muros en forma de arcos abiertos.

El muro está semidestruido, pero se supone que tenía casi las mismas características del segundo.

Del tercero al cuarto muro dista aproximadamente unos treinta metros, en cuya área se notan diversos compartimientos de forma semicircular y rectangular.

Sobre el cuarto y último muro, se levanta un terraplén rectangular, donde está ubicado el adoratorio.

Detrás del adoratorio, hacia el Este, se aprecian las casas-habitación y todo ello resguardado por una muralla semicircular.

En estas cuevas, así como en Jatun Pacocha, muchas personas de credibilidad aseguran haber visto a las momias completamente atadas con sogas, y otras, con el arpa entre las manos, como si se hubiesen muerto tocando.

Alrededor de la ciudadela aún se notan los terrenos dedicados a la agricultura.

Ingresando por la parte occidental, aún se encuentra intacta una construcción rectangular, con una puerta pequeña que da al Este, construida con piedras cuidadosamente labradas, cubierta en su integridad por quinchas y malezas.

En Shinua Corral y Gocha Jirca las construcciones son similares a las de Jatun Pacocha.

Esta diferencia se nota por sus amplios campos para el pastoreo y por las construcciones generalmente altas, pues muchos alcanzan hasta los seis pisos.