Diego Antonio de Parada

Asumió la Canonjía Doctoral en la Iglesia de Astorga, en la que fue provisor y vicario por 16 años.

Y usando su propio peculio contribuyó a la reconstrucción del seminario diocesano.

Fue promovido al arzobispado de Lima por el rey Carlos III y ratificado por el papa Clemente XIII en 1761.

En su arquidiócesis hizo tres visitas pastorales, aunque solo en la primera lo hizo personalmente, pues los achaques propios de su edad lo obligaron a enviar a sus representantes para que cumplieran el resto de las visitas.

Así se hizo, y Marimón fue desterrado de la ciudad, teniendo que encaminarse a Trujillo.