[6] Este emperador detuvo con éxito unas incursiones pictas en 305 pero falleció, al poco, en Eboracum (York) donde su hijo Constantino I fue proclamado augusto por las tropas.
Constancio II consiguió vencer en 353 y nombró a su primo Juliano emperador occidental quién luchó con éxito contra los francos que obstaculizaban la entrada del Rin para los barcos britanos.
En 383 los pictos y los escotos volvieron a incursionar el territorio romano pero fueron rechazados con éxito por Magno Clemente Máximo quién aprovechó su victoria para proclamarse emperador y controlar la prefectura de las Galias hasta que Teodosio I acabó con él en 388.
[8] La evolución de Britania tras el periodo romano se considera el caso más extremo dentro de la pérdida de sofisticación y nivel económico que sufrió el territorio del Imperio occidental tras su desaparición ya que, en la isla, las condiciones volvieron a ser, prácticamente, las que habían existido durante la Edad del Bronce.
Durante el siglo IV fue una importante fuente de suministros para las tropas situadas en la frontera del Rin quienes los recibían vía marítima.
[7] Además, se establecieron nuevos asentamientos en la parte militarizada junto a la frontera norte.
[12] Se componía de 3000 soldados repartidos en:[13] La defensa en sus partes fronterizas estaba al cargo otro comes y un dux:[14]