Inspirados en la clase Scott de la Royal Navy, tan similares resultaron a los destructores británicos que se produjeron algunas confusiones durante la guerra.
Unos días antes, 9 cabos y marineros habían embarcado también en el C-6 para cubrir bajas; finalmente, fueron devueltos a sus tripulaciones originales.
Unos días después, el 15 de junio, los destructores Císcar y José Luis Díez abandonan Bilbao hacia Francia cargados de refugiados y con varias personalidades civiles y militares poco antes de que los sublevados entren en Bilbao.
Una segunda bomba, que no llegó a estallar, atravesó la sala de máquinas y el agua inundó el buque hasta que éste se escoró totalmente y se hundió por completo en horizontal.
El 9 de abril el destructor, que hasta entonces inutilizaba dos atraques de carbón en el dique norte, sale remolcado hasta el Ferrol para ser reparado[1] y posteriormente incorporado a la Armada franquista, ya durante los últimos meses de la guerra.