En caso de un ataque repentino, las fuerzas aéreas podrían presentar una defensa aérea y lanzar ataques aéreos aun teniendo sus propias bases destruidas.
El lanzador móvil resultó ser también demasiado voluminoso y difícil de mantener económicamente.
La seguridad también habría sido una función realizable con lanzadores móviles, sobre todo si eran equipados con aviones de ataque nucleares.
Las Fuerzas Aéreas estadounidense, alemana y soviética fueron las que experimentaron con despegues de longitud cero.
Todos los trabajos sobre los aviones con estas características fueron abandonados debido a preocupaciones logísticas y a la eficacia creciente de los misiles balísticos, aunque gracias a estos proyectos se pudieron desarrollar aviones con características STOL (despegue y aterrizaje corto) y VTOL (despegue y aterrizaje vertical).